lunes, 11 de noviembre de 2013

Los Terrores Nocturnos

  Qué son, cómo actuar y cómo prevenirlos
     


     Los terrores nocturnos no son pesadillas, son alteraciones del sueño en las que el niño podría sentarse de repente llorar, gritar, gemir, balbucear y sacudirse incluso con los ojos bien abiertos, pero sin estar realmente despierto. ésto se debe a que en ese momento el niño se encuentra en una especie de zona intermedia entre el sueño y la vigilia, no está consciente de tu presencia y es probable que no responda a nada de lo que digas o hagas. Por el contrario, lo que conocemos como pesadilla es un sueño que el niño puede recortar y que le asusta a tal nivel que se despierta totalmente. Podemos decir que, a la mañana siguiente, si el niño está más agitado es que tuvo una pesadilla. Si por el contrario, tu hijo no recuerda nada pero tú sí te sientes agitado/a, entonces sin duda, fue un terror nocturno.


Hasta un 15% de los niños tienen terrores nocturnos en algún momento de la infancia, empezando por lo general entre el año y los 5 años de edad. Cuando el episodio termina,el niño se vuelve a dormir de manera abrupta sin recordar nada de lo ocurrido.

Cómo actuar ante un terror nocturno
  • Mantén la calma y no intentes despertarlo. Realmente no se puede calmar a un niño que está teniendo un terror nocturno, y si tratas de pararlo eso podría hacer que se pusiera peor. A menos que esté en peligro de hacerse daño, no intentes confortarlo físicamente
  • Háblale de manera calmada e intenta permanecer cerca para evitar cualquier peligro, ya que a veces se bajan de la cama, pueden tropezarse o ir hacia las escaleras o la ventanas
Qué los provoca y cómo evitarlos
No existe una forma definitiva de evitar los terrores nocturnos, debido a que no se sabe exactamente qué los ocasiona. Lo que  se sabe es que, por sí mismos, los terrores nocturnos no significan que el niño tenga un problema psicológico.
Los terrores nocturnos pueden aparecer cuando las horas de sueño son insuficientes. Por ello, procuraremos seguir una rutina de sueño, llevándolo a la cama a la misma hora y despertándolo cada mañana a una hora fijada. Con ello podremos controlar mejor cuántas horas duerme y si son suficientes o no. 

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