martes, 26 de noviembre de 2013

No obedece a Papá y Mamá por igual

Los niños perciben rápidamente la figura de autoridad más fuerte en la pareja. Por ello, Papá y 

Mamá deben formar "un buen equipo" y apoyarse mutuamente


Los niños en realidad saben muy bien cómo comportarse con cada persona. Probablemente la madre pasa mucho más tiempo con el niño y esto también desgasta más, además, suelen ser más constantes a la hora de ejercer autoridad. Si el padre está menos tiempo, le resultará más fácil ser constante en el trato con el niño y seguramente, se mostrará más permisivo ante las situaciones.

En el caso de las familias monoparentales, ésta figura de autoridad se hace más fuerte y suelen ser los abuelos a los que los niños acuden para refugiarse de ésta autoridad.
Sea cual sea el caso, las siguientes pautas pondrán ayudarte a que tu hijo/a vea con la misma autoridad, tanto a Mamá como a Papá:
1º. Reduzca las llamadas de atención. No le llame la atención por el mismo motivo más de tres veces. Hágalo sin gritarle, pero con contundencia, acercándose a él y asegurándose de que le presta atención. Si con las tres llamadas no es suficiente, adopte algún tipo de medida como por ejemplo la retirada de algún privilegio (juguetes, dibujos, etc). De manera que el niño aprenderá que a las tres llamadas de atención usted actuará y que irá en serio. Quizás ahora está acostumbrado a le llamen la atención y no ocurra nada, por eso puede que no haga caso.
2º. Preste atención a otras conductas positivas. Es posible que el niño esté reclamando su atención. Para ello, muéstrese cercano e interesado cuando el niño se porte bien y elógielo por ello. No sólo debemos prestarle atención cuando hace algo que no debe sino también debemos reforzar aquello que queremos que se repita porque es una buena conducta.
3º. Mejore el acuerdo con su pareja. La actuación con el niño debe ser de mutuo acuerdo por la pareja. El padre debe apoyar delante del niño incondicionalmente a la madre y viceversa. El niño, además, debe tener las mismas normas y exigencias por ambos miembros de la pareja. De no ser así, uno de los dos será "débil" ante el niño/a, por ello, cuando el niño/a quiera conseguir algo, sabrá a quien acudir para ello.

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